jueves, 21 de noviembre de 2013

Yo te quiero, pero no lo puedo aceptar

21 años sin ti, me decía
y yo no entendía qué era
aunque tampoco hoy día lo entiendo
pero digo que sí.

¿Cómo fue que se puso a patear la puerta?
¿Era un juego?
¿Una pelea?
¿Sólo una salida cuática?
¿Un lamento?
Yo le había dado hartos besos en la noche
Yo me había dormido con él acurrucados
Pero él no me entendía
Y yo tampoco
Aunque digo que sí.

¿Cómo se puso a ignorarme así?
Si hace unas horas él me subió arriba de una lavadora
Para hacerme cosas ricas
Como con cariño, con ternura
¡Si me pasaba la mano por la mejilla!
¡Si nos descontrolábamos llenos de sonrisas!
Pero no sé qué le dio
Que me decía chao y se iba
Y volvía, y volvía
Avanzaba, retrocedía
No lo entendía
Y digo que sí.

21 años sin ti, me decía
Yo lo perseguía, pero de lejos
Le preguntaba qué le pasaba
y él me decía cosas raras, no respondía.

Habíamos visto varias películas juntos
Había cocinado hartos platos ricos
Qué sabía que me gustaban
Hasta nos pusimos a llorar un día
Pero yo creo que no me entendía
Parece que por eso nos pusimos a pelear todos en la cancha
y yo me fui con su amigo porque me dejó botada
y caminé a mi casa y rompí la llave
y caminé a la peña y me puse a bailar
y lo vi de nuevo y como si nada
y vinieron todos y él pateó la puerta
y yo contenta y la fiesta.

¿Por qué se habrá puesto tan pesado después?
Me tiró arroz en mi pelo que antes acariciaba
Lo corría hacia atrás para darme besos
Y decirme que era bonita para que yo viera como le brillaban los ojos
Amarillos, de remolino.

Y me decía: 21 años sin ti, yo te quiero pero no lo voy a aguantar
Yo me pegaba y estiraba
Todavía no sé por qué se puso así
Aunque digo que sí.

Todos se dieron cuenta
A mí no me daba pena
Yo estaba cantando, riendo y me enojaba poco ese día
Él iba y volvía
Los chiquillos igual se enojaron
No nos entendían
Parece que era un juego, no sé
Antes habíamos visto amanecer
Y él estaba detrás mío, yo no vi mucho
Pero me dijo que fue lindo
No lo entiendo
Y digo que sí.

Me dijo que estaba celoso
No lo entiendo
No entiendo nada
¿Por qué digo que sí?


Me pillé a mí, yo misma e ingenua:
Soy niña, un suspiro
Letargo infantil sonoro
Una mueca, un racimo de berrinches.

Gota a gota humedece el asfalto negro
el espeso jugo de la existencia mía
y suenan detrás gemidos inframundanos
de gargantas heridas y aburridas.

Todo se aparece como principio, de algo
De una guerra, de un baile o una melodía
Sublime tal cual ella misma
Pero comenzando en ciclos demasiado cortos
Para pensar que algo haya pasado.

Tapado en miedos, dibujado con la tinta angustia
Pero volátil, blanco: Ligero
Como simpático de lejos
Lucesita intermitente de aceites claros
Colores niños, aspirar fresco
Jale liviano de nubes dulces.

Cósmico a la mitad.

martes, 5 de noviembre de 2013

Aburrido

Pensarme atada al Hombre reafirmó mi estado: Convaleciente subcionada po

Cosas que no digo

Disculpe
Me gustaría preguntarle y atravesar
La gruesa carnosa cáscara de brazos y piernas
De abdomen, pecho
Exigiendo aguda la respuesta
Dígame:
¿Por qué se le cae la boca y extravía la mirada
Y se ennegrece usted y confunde
Y choca, roza, tambalea
Y se marchita?

Usted cuando yo lo quiero desaparece
Si me callo tiembla
Si le hablo vuela
Entre los humos turbulentos de las palabras
Y me deja sola, sí
Tirada y esperando
El momento caótico
Cuando nos miremos cómodos.

sábado, 12 de octubre de 2013

Hambre

Quiero y no quiero
En mi cuerpo comienzan a anudarse cordeles
De sangre y azules
Que a cada tirón me paralizan
Y yo me quedo absorta, como soñando
Y la vida con sus días parecen multiplicarse
Como las células que elásticas se inflan en el infinito
Del caos, de mí que soy una posa.

Seré yo, será el mundo                                                                                                             
Serán mis ojos que no se fatigan al ver lo mismo
Porque el cansancio me abruma y dirige
Hacia el estadio recurrente de pausa
Paralización total de actividades
Llena de culpa, como sacos
Que dilatan su tela con rocas grotescas        

Que ni veo.

domingo, 6 de octubre de 2013

A la que se siente sola

Si cuando me pariste te asistió
Como siempre tu maldita soledad
No me eches en cara hoy las horas en las que no estoy
Y tú estás.

A tu soledad la llamaré cósmica
Anterior es a tu existencia
Quizás la mezcló en tu humedad mi abuela
Quizás dios te soplo de ella en tiempos negros
Quizás las dos.

Así que no me eches en cara ni menos en silencio
Si me pierdo en mis divagaciones físicas
Y tú sigues ahí.

Y buscas la felicidad, tonta
Y hurgueteas en el otro, te hundes más
Y ésta montaña eterna te clava el dedo en las llagas
Que profirió el mundo en tu vientre.

No te preocupes, nací también
Y me marcaron a fuego mi primer nombre:

Mujer.

Divagando en la comarca

En la comarca me devoran las horas glotonas
Que se acumulan lentas en cada bocanada
El mañana copia al hoy
El hoy se dilata y acumula cuatro veces.

La comarca es siempre espera
Sentada, parada y avanzando
Estoy a cada momento espectando
El renacer de un nuevo orden mío
Que no deseo, pero surge como un niño
De mis entrañas y con dolor
No logro parir jamás, es un polvo engañoso
Embarazo psicológico

Y es que en la comarca me devoran también
Las buenas costumbres que heredo intranquila
Y que con las idas y venidas me van enfermando
Profiriendo un grito que cada vez está sonando más vacío
Estrepitoso.

Me enoja la comarca con su miedo
Su sencillez y esfuerzo, el progreso
Su racimo de buenas familias de ejemplo
Sus calles que son redes que nos atrapan
Entre los cuadros de las manzanas que se repiten
Planas, claras, aburguesadas.

Una plaga de ratas debería colonizar a la comarca
Solo por el placer que escupiría viendo
Como sus movimientos caóticos prestarían gracia
A este poblado del mundo que más que personas

Parece guardar máquinas.