Yo te quiero, pero no lo puedo aceptar

21 años sin ti, me decía
y yo no entendía qué era
aunque tampoco hoy día lo entiendo
pero digo que sí.

¿Cómo fue que se puso a patear la puerta?
¿Era un juego?
¿Una pelea?
¿Sólo una salida cuática?
¿Un lamento?
Yo le había dado hartos besos en la noche
Yo me había dormido con él acurrucados
Pero él no me entendía
Y yo tampoco
Aunque digo que sí.

¿Cómo se puso a ignorarme así?
Si hace unas horas él me subió arriba de una lavadora
Para hacerme cosas ricas
Como con cariño, con ternura
¡Si me pasaba la mano por la mejilla!
¡Si nos descontrolábamos llenos de sonrisas!
Pero no sé qué le dio
Que me decía chao y se iba
Y volvía, y volvía
Avanzaba, retrocedía
No lo entendía
Y digo que sí.

21 años sin ti, me decía
Yo lo perseguía, pero de lejos
Le preguntaba qué le pasaba
y él me decía cosas raras, no respondía.

Habíamos visto varias películas juntos
Había cocinado hartos platos ricos
Qué sabía que me gustaban
Hasta nos pusimos a llorar un día
Pero yo creo que no me entendía
Parece que por eso nos pusimos a pelear todos en la cancha
y yo me fui con su amigo porque me dejó botada
y caminé a mi casa y rompí la llave
y caminé a la peña y me puse a bailar
y lo vi de nuevo y como si nada
y vinieron todos y él pateó la puerta
y yo contenta y la fiesta.

¿Por qué se habrá puesto tan pesado después?
Me tiró arroz en mi pelo que antes acariciaba
Lo corría hacia atrás para darme besos
Y decirme que era bonita para que yo viera como le brillaban los ojos
Amarillos, de remolino.

Y me decía: 21 años sin ti, yo te quiero pero no lo voy a aguantar
Yo me pegaba y estiraba
Todavía no sé por qué se puso así
Aunque digo que sí.

Todos se dieron cuenta
A mí no me daba pena
Yo estaba cantando, riendo y me enojaba poco ese día
Él iba y volvía
Los chiquillos igual se enojaron
No nos entendían
Parece que era un juego, no sé
Antes habíamos visto amanecer
Y él estaba detrás mío, yo no vi mucho
Pero me dijo que fue lindo
No lo entiendo
Y digo que sí.

Me dijo que estaba celoso
No lo entiendo
No entiendo nada
¿Por qué digo que sí?

Me pillé a mí, yo misma e ingenua:
Soy niña, un suspiro
Letargo infantil sonoro
Una mueca, un racimo de berrinches.

Gota a gota humedece el asfalto negro
el espeso jugo de la existencia mía
y suenan detrás gemidos inframundanos
de gargantas heridas y aburridas.

Todo se aparece como principio, de algo
De una guerra, de un baile o una melodía
Sublime tal cual ella misma
Pero comenzando en ciclos demasiado cortos
Para pensar que algo haya pasado.

Tapado en miedos, dibujado con la tinta angustia
Pero volátil, blanco: Ligero
Como simpático de lejos
Lucesita intermitente de aceites claros
Colores niños, aspirar fresco
Jale liviano de nubes dulces.

Cósmico a la mitad.

Aburrido

Pensarme atada al Hombre reafirmó mi estado: Convaleciente subcionada po

Cosas que no digo

Disculpe
Me gustaría preguntarle y atravesar
La gruesa carnosa cáscara de brazos y piernas
De abdomen, pecho
Exigiendo aguda la respuesta
Dígame:
¿Por qué se le cae la boca y extravía la mirada
Y se ennegrece usted y confunde
Y choca, roza, tambalea
Y se marchita?

Usted cuando yo lo quiero desaparece
Si me callo tiembla
Si le hablo vuela
Entre los humos turbulentos de las palabras
Y me deja sola, sí
Tirada y esperando
El momento caótico
Cuando nos miremos cómodos.

Hambre

Quiero y no quiero

En mi cuerpo comienzan a anudarse cordeles

De sangre y azules

Que a cada tirón me paralizan

Y yo me quedo absorta, como soñando

Y la vida con sus días parecen multiplicarse

Como las células que elásticas se inflan en el infinito

Del caos, de mí que soy una posa.

Seré yo, será el mundo                                                                                                             

Serán mis ojos que no se fatigan al ver lo mismo

Porque el cansancio me abruma y dirige

Hacia el estadio recurrente de pausa

Paralización total de actividades

Llena de culpa, como sacos

Que dilatan su tela con rocas grotescas        

Que ni veo.

A la que se siente sola

Si cuando me pariste te asistió

Como siempre tu maldita soledad

No me eches en cara hoy las horas en las que no estoy

Y tú estás.

A tu soledad la llamaré cósmica

Anterior es a tu existencia

Quizás la mezcló en tu humedad mi abuela

Quizás dios te soplo de ella en tiempos negros

Quizás las dos.

Así que no me eches en cara ni menos en silencio

Si me pierdo en mis divagaciones físicas

Y tú sigues ahí.

Y buscas la felicidad, tonta

Y hurgueteas en el otro, te hundes más

Y ésta montaña eterna te clava el dedo en las llagas

Que profirió el mundo en tu vientre.

No te preocupes, nací también

Y me marcaron a fuego mi primer nombre:

Mujer.

Divagando en la comarca

En la comarca me devoran las horas glotonas

Que se acumulan lentas en cada bocanada

El mañana copia al hoy

El hoy se dilata y acumula cuatro veces.

La comarca es siempre espera

Sentada, parada y avanzando

Estoy a cada momento espectando

El renacer de un nuevo orden mío

Que no deseo, pero surge como un niño

De mis entrañas y con dolor

No logro parir jamás, es un polvo engañoso

Embarazo psicológico

Y es que en la comarca me devoran también

Las buenas costumbres que heredo intranquila

Y que con las idas y venidas me van enfermando

Profiriendo un grito que cada vez está sonando más vacío

Estrepitoso.

Me enoja la comarca con su miedo

Su sencillez y esfuerzo, el progreso

Su racimo de buenas familias de ejemplo

Sus calles que son redes que nos atrapan

Entre los cuadros de las manzanas que se repiten

Planas, claras, aburguesadas.

Una plaga de ratas debería colonizar a la comarca

Solo por el placer que escupiría viendo

Como sus movimientos caóticos prestarían gracia

A este poblado del mundo que más que personas

Parece guardar máquinas.

Al que todo lo destruye

Recuerdo la planta de su pie

Partiendo la seguridad de la casa

Quebrando al fin los cristales paranoicos restantes

Transpasando los límites de mi cuerpo y el suyo

De mi flujo y el suyo

Para entrar en mí necesitó corromper la materia más pesada

Que me sujetaba de uno de mis talones

A las planicies comunes en donde duermen las almas

Desperté como de un sueño que sabía terminaba

Al comienzo ciega, desesperada

Luego amplia, madre, hermana

Los motivos pendían brillantes y para ojos

De otros que contemplan desde lejos

La obra de arte como un lapsus cómico

Él sabe engañarlos y protegerme

Me raptaron y suelo avergonzarme

Pero en realidad en este mundo nos frotamos todos

Y vamos juntos tironeándonos y envolviéndonos

En estímulos involuntarios que nos esculpen amorfos

Abstractos, falsos, invisibles

Nadie sabe porque hemos planificado

Un espacio nuestro con las palabras

Ni yo lo sabía, ahora se asoma

Ni él lo sabrá y si aparece el concepto

Nos habremos perdido en este remolino

Malo y bueno, duro y pasivo

Más me vale guardar el secreto

Tengo un anhelo absoluto que como idea(l) se revienta al nacer. Consiste en rozar cada curva de lo que esculpe mi pensar sobre mí, esa masa cuyas formas desconozco y hoy me reto a descubrir, ignorante ya de los mundos éticos propios del instante anterior, perdida en mí. Al parecer la primera imagen que proyecta mi eyección en el mundo es como un diagrama florecido de polos opuestos, enfermos devenires que conceptualizo al final de cada instante como un absurdo. En este sentido esencialmente voy descubriendo lo evidente que estuvo ayer, ahora, mañana, presente y olvidado, más bien ignorado. Eso evidente que siempre sé y desconozco, movimiento dialéctico atemporal, principio de mi angustia terrenal. Comer, besar, mirarme, no comer, no besar, no mirarme. Amar, temer, presionar, no amar, no temer, no presionar. Se edifican dos túneles por los que fluyen corrientes eléctricas, que dan la impresión de pausa cuando se acumulan en el tiempo de los demás y las denomino confusión. Y me reviento.

No me quiero casar

No suspiro
No respiro hielo
Amputé el reloj suicida de la caja torácica
No vuelo a tres pies.

No me río con histeria
Ni río me vuelvo
El temple no cae, no sube
Veo todo color "real".

No corro
No espero
Perdí la base y las razones
Además las preocupaciones.

Caí irresponsable y por el mundo
Me hice viajera y sin sentido
Y no me vienen con cuestiones.

Me río calma, una carcajada baja
Sentada y opuestas las rodillas
¡Clavada! ¡Nadie de aquí me mueve!
El espacio es amplio y hay que recorrerlo, todo
Saborearlo por las manos, con los dientes
Alzarlo como bandera
Encenderlo eternamente.

Lo bueno de no subir es que no tienes que bajar
En fin, no me quiero casar.

Necochea

Mi pieza es una cueva, también una madriguera
A las tres de la tarde se la traga la luna
Y cuando es de mañana no lo es
Aquí no enciende el fuego en las cortinas
Mi pieza está fuera del tiempo.

La pieza de juan parece charco
Sobre ella flotan cadáveres monstruosos
Las luciérnagas titilan el día entero y se reflejan
Cuando Juan sale marca todo el pasillo, se pasea
La pieza de Juan funde el deseo.

La pieza de Pablo es un cuaderno
Si entras te persiguen miles de letras
Picotean en los ojos, dejan ronchas
Pero a Pablo no le irrita sin protección alguna
Porque lo que pasa es que él las molesta, trasciende
Aunque siempre las deja sola y reemplazando.

Des personificación

La luz nueva da un giro en mi conciencia
La envuelve en un espiral
¡Ya no sé qué soy!
Y en torno al mareo vuelvo a conocer
Como no me aveciné jamás con los objetos.

Ando perdida en el mundo
Vomitada, invertebrada
He perdido los derechos
Que nunca fueron, arriba no había algo
Y así, los días se abalanzan humeantes
Todo, el mundo se detuvo
Y yo estoy danzando sobre la hoja en blanco
Reventando los momentos
Bebiéndome el jabón que cae sobre mi boca adolorida.

Debo decirlo porque me doy cuenta:
En una caja invisible guardo aún un anhelo
El deseo de la historia.

Me da vergüenza

En hilera, uno muy junto con en otro
Y el otro, no terminan nunca...
Como tampoco acaba la obsesión.

Lo negro se vuelve gris, lo gris blanco
Mi ánimo calmo, el cuarto circular
Todo se transforma, se vuelve más lento
¡No puedo parar!

Lo dejo todo
Lo importante, lo nuevo
Son como abundantes lucecillas oscuras
Que voy apagando con la dinamita del deseo
Todo lo externo a mí
Se presenta como emociones vacías
La obsesión se lo come a todo

Los mutilo, asesino
Acaso mi obsesión se basa en verlos morir
Con las raíces contentas
Se ríen cuando mueren, cuando caen al piso.

La sociedad los quiere muertos
Quemados, extraviados
Me quiere blanca, tierna, asesina
Sangrando.

Acaso existo

Siempre me pasa y me aproblemo
El problema es el problema de la conciencia
Si es que puedo nombrarlo
Llamarlo problema

La existencia se vuelve ridícula, impersonal
Acaso soy yo, acaso mi rostro
Ya nisiquiera logro decirme a mí misma
Yo, yo
¿Conozco algún yo?

El conocimiento aparece como cosa
De sabios, de enfermos
¿Estoy sana acaso que no puedo saber?

Qué soy
Qué era
Qué fui

¿Acaso estoy sana?
¿Acaso estoy libre?
No paro de proyectar mi imagen borrosa
En existencias que dicen ajenas
Y no me encuentro.

Recortes tintos

El mar está eyaculando
Frente a nosotros, todo el mundo
Y mientras no cesa de irse
Las rocas cristalinas lo contienen, tiernamente.

Vámonos de aquí
De mi espalda surge la pregunta
En qué estaríamos en otro lugar, mi casa, la tuya
Desnudos, ya ni te recuerdo diciéndolo.

Tu mirada es como un remolino
Una vez te vi e intuí lo que iba a suceder
Ojitos de torbellino, amarillos, que hacen girar la voluntad

¿Te acuerdas de cuándo salimos a caminar?
Yo todos los días
Él te llamaba para que llegaras a tomar once,
Yo no te podía saludar...
Estás feliz, se te ve contenta

¿Te acuerdas del video?
Es patético, pero llegué a mi casa y congelé la imagen de tu rostro
Y te miré, tenías algo que decir.

Tu poema voló entre las rocas
Yo me disculpaba, no tenía para qué...
Y atrás nos molestaban los del fuego, si era obvio:
Éramos dos en las rocas, jóvenes y hermosos,
Era el momento ¡Preciso era!
Yo me disculpaba, no me disculpé.

Eres una flor, del tacho de la basura
No sé si creerte cuando me dices que nos entenderemos
Yo, lunática, lobuna
Tú, hermoso, envidiado.

Digo verdades, te odian por bello
Por brillante, por sincero
Si hasta debes mentir para no opacarte, quedarte transparente
Te creo, tu nombre rima con poesía
Estoy borracha de vino y de ti
Ebria en la arena, en las rocas
Te adhieres a mi locura, te pegas
Algo en mí te llama y rechaza.

No pienso de ti más nada
Eres auténtico devenir
No te dejas
Te me escapas
Jamás podré ni querré definirte.

Y déjame decir que este será mi recuerdo de ti,
Mi concepto.

Fuck you, bitch

Dormir bien, Dormir mal

"Yo creo que dormir al estilo burgués me hace mal porque cada momento de lucidez tiene algo de él. Es como si yo habitara en una caja a la que le abren un orificio por donde se cuela un hilo de luz, su luz. Apesar de mis intentos hoy tuve uno de esos momentos, en realidad un instante, de claridad y lo encontré en un monitor decorado con patéticos nostálgicos recuerdos (que terrible es recordar hoy en día): Éramos niños ¡No tenemos recuerdos como adultos!" He estado alucinando. (Extraído del cuaderno)